Los influencias en Colombia y el mundo han adquirido gran poder en temas de comunicación y difusión. Con millones de seguidores, estos individuos tienen un alcance masivo que les otorga una poderosa plataforma para influir en opiniones y comportamientos. Sin embargo, este poder no está exento de responsabilidades, como lo evidencia el reciente caso de Luis Villa, más conocido como Westcol, y su enfrentamiento legal con la Corte Constitucional. Los límites a la expresión de los influencers
El viernes pasado, la Corte Constitucional emitió una orden dirigida a Westcol, instándolo a realizar una publicación informativa sobre los impactos negativos de los discursos discriminatorios y de odio hacia la comunidad Lgbtiq+. Esta decisión fue el resultado de mensajes controversiales publicados por Westcol en sus redes sociales, donde lanzó afirmaciones violentas contra esta población, especialmente en un video titulado «¿Y si mi hijo sale trans?», que generó gran controversia y repudio.
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Límites y responsabilidades
Este caso destaca la importancia de examinar los límites y responsabilidades de los influencers en las plataformas digitales. Según Alejandro Mejía, Socio de Deloitte Legal, en Colombia, la discriminación se considera un delito desde 2011, y los mensajes de odio transmitidos a través de medios de comunicación, como las redes sociales, pueden acarrear consecuencias legales graves.
El abogado penalista Iván Cancino subraya que los influencers tienen la obligación de no promover mensajes que violen la identidad de género o que sean racistas o discriminatorios, ya que esto va en contra de los principios constitucionales. Además, señala que la emisión de mensajes de odio puede resultar en delitos de injuria y calumnia, así como en responsabilidad civil y pago de prejuicios por el daño causado.
Los influencers y la reglamentación actual
En términos de marcos regulatorios, los influenciadores deben adherirse a normativas claras. Juan José Castro Muñoz, abogado penalista, enfatiza que los delitos como la injuria, la calumnia y la promoción de estafas están prohibidos y pueden tener consecuencias legales graves.
Sin embargo, a pesar de la ausencia de una legislación específica para los creadores de contenido, los expertos coinciden en que no es necesario implementar regulaciones más estrictas. Consideran que las normativas existentes, como la Constitución Política, el Estatuto del Consumidor y el Código Penal, proporcionan un marco adecuado para abordar las conductas inapropiadas de los influencers.
La publicidad engañosa
En el caso de la publicidad engañosa, que ha sido objeto de procesos por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio contra varios influencers prominentes, se requiere una mayor transparencia y veracidad en la información proporcionada sobre los productos promocionados. La Superintendencia ha establecido una guía de buenas prácticas que detalla las responsabilidades de los influencers en la publicidad.
Es importante destacar que la regulación existente también aborda casos de enriquecimiento ilícito a través de la promoción de estafas o pirámides financieras, lo que podría resultar en consecuencias penales graves, incluida la posibilidad de prisión.
El caso de Westcol y la orden de la Corte Constitucional sirven como recordatorio de la importancia de que los influencers actúen de manera ética y responsable en las plataformas digitales. Si bien su influencia puede ser considerable, también conlleva una responsabilidad moral y legal. En última instancia, el respeto por los derechos fundamentales y la integridad de la comunidad en línea deben prevalecer sobre cualquier otro interés.
Los límites a la expresión de los influencers
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