Columnista Alex Bayona Castillo

Columnista Alex Bayona Castillo

Quemar las motos «Justicia por mano propia»

Ante los constantes hurtos y crímenes de delincuentes a bordo de motocicletas en todo el país, se ha vuelto costumbre que la comunidad

Ante los constantes hurtos y crímenes de delincuentes a bordo de motocicletas en todo el país, se ha vuelto costumbre que la comunidad enardecida y cansada por el desespero de sentirse desatendidas opten por aplicar la “justicia por mano propia”. Quemar las motos «Justicia por mano propia»

Escenas al estilo de películas de cine, los ladrones se toman calles de las principales ciudades, maltratando a sus víctimas y creando pánico entre los ciudadanos. Mientras esto paso, el silencio o falta de presencia de autoridades pareciera “alcahuetear” a estos villanos que ganan la batalla del crimen que se libra día a día.

Por otro lado, mientras las escenas de robos e intimidación alimentan las calles y las publicaciones de las redes sociales; los ciudadanos discuten entre sí. Unos piden “restringir las motos” y otros se descargan descalificando a toda la comunidad motociclista.

Lamentablemente la versatilidad y agilidad de ese vehículo (la moto) hace que los “villanos” lo usen para cometer sus delitos, manchando enormemente la imagen y buena fe de miles de motociclistas que en sus deberes ciudadanos circulan en este medio en miras a cumplir con sus rutinas.

Y mientras leemos este artículo, en Colombia siguen “robando motos” y “robando en moto”, expresando notoriamente que tanto los ciudadanos que transitan a pie, en carro, en bus y demás vehículos son víctimas junto a los motociclistas quienes también se ven afectados cuando hurtan su medio de transporte y en muchas veces su sustento.

Quemar las motos, el cobrar “venganza”

Esta costumbre ha tomado fuerza en todo el territorio colombiano. El impulso, la rabia, el desespero de sentirse sin la protección del Estado y la ausencia de la policía, alimentan esos ánimos de tomar la justicia por sus propias manos.

Mientras arde en fuego la moto usada para ese crimen, también arde el patrimonio, los sueños y el vehículo de otra víctima que días antes se la habían robado en algún lugar de la ciudad o incluso el país.

Quemar la moto, es afectar a otra víctima más, es una falsa sensación de haber cobrado justicia; mientras los delincuentes escapan y vuelven a robar otra moto y repetir otra historia.

Y no hay que ser experto en investigación para determinar que un “ladrón” por lo general oculta su rostro, las placas… por ende, no va a usar una moto registrada a su nombre para cometer delitos.

Estamos mirando mal la problemática.

Algunos ciudadanos piden a gritos la restricción de los motociclistas, piden restringir al acompañante en moto conocido como “parrillero”. Pero esta restricción solo afectará a familias, personas, trabajadores y demás que cuentan con este vehículo como herramienta de transporte y trabajo.

La problemática debe atacarse desde la seguridad, desde el acompañamiento y fuerza de proteger a la ciudadanía. De más puestos de control y que los sistemas de “vigilancia” funcionen en los tiempos adecuados. Las personas exigen más resultados a Policía Nacional, a los Alcaldes y autoridades que deben cuidarlos.

Restringir la motocicleta es como restringir el uso de celulares a las personas para que no sean víctimas. Es atacar un gremio “manchado por la mala imagen” y que más que restricciones deben tener más cultura y educación vial. Pues es una comunidad que día a día ve como se extinguen vidas en las vías, productos de mala malla vial, imprudencias propias o falta de pericia.

Demasiada presión a un medio de transporte que mueve a la economía. La comida, los domicilios, los conductores de buses, estudiantes, amas de casa. Los vigilantes y la policía se mueve en moto. ¿Están seguros que al restringir a los acompañantes hay más seguridad? ¿Están seguros que los delincuentes acatan las normas de restricción?.

Esta es una opinión desde mi perspectiva como ciudadano y usuario de motocicleta, al igual que miles de motociclistas que acatamos las normas de tránsito y vivimos en sociedad como cualquier otro. Es importante recordar que para muchos jóvenes, la moto es el primer vehículo al alcance de sus posibilidades. Por ello, debemos pensar en ellos y garantizarles escenarios dignos y seguros.

Además, debemos reflexionar antes de tomar acciones impulsivas, como quemar una moto. Es posible que esa moto haya sido adquirida por un estudiante mediante un crédito, y quizás días antes le hubiera sido robada. Destruir la moto solo perpetúa la violencia y la injusticia.

Quemar las motos «Justicia por mano propia»

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1 comentario en «Quemar las motos «Justicia por mano propia»»

  1. Pero es la única opción que le quedan a las personas para hacerse respetar. Roban y hasta delante de la policía y no pasa nada. Entonces?

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