Bogotá, una metrópolis vibrante y diversa, alberga una riqueza de lugares que tejen historias, algunas de las cuales están envueltas en misterio y nostalgia. Uno de estos enigmas que impregnan el paisaje urbano es la misteriosa Villa Servitá, una casa ubicada en la intersección de la Carrera Séptima y la calle 165. Abandonada durante más de una década, esta casa tiene una historia intrigante que se remonta a décadas atrás. De «manicomio» a villa abandonada en Bogotá
En los años 80, Villa Servitá funcionaba como un lugar para la rehabilitación de enfermos mentales. Sin embargo, según un artículo de archivo de El Tiempo, las terapias llevadas a cabo en este lugar eran descritas como excesivas y dolorosas. Se cuenta que dentro de sus muros se llevaban a cabo prácticas tan cuestionables como terapias con electrochoques, arrojando una sombra oscura sobre su pasado.
Los propietarios De la Villa Servitá
La historia de Villa Servitá se entrelaza con la de sus propietarios. Entre ellos se encontraba Monseñor Emilio de Briagh, y en los años 80, el lugar se transformó en la Clínica ABC Servitá. Las instalaciones de la clínica aún muestran vestigios de su oscuro pasado: celdas, cuartos de desahogo y baños cubiertos, testigos silenciosos de un período turbulento.
Este lugar, que una vez fue testigo de la angustia y el sufrimiento de aquellos que buscaban tratamiento, ahora se encuentra en ruinas, añadiendo un toque de misterio al paisaje montañoso que se extiende hacia los cerros orientales de Bogotá en el sector norte de la Carrera Séptima. A pesar de su abandono, Villa Servitá ha sido reconocida como un patrimonio arquitectónico desde 2008, un recordatorio tangible de un pasado lleno de sombras y secretos.
Otro abandono en la lista de propiedades en ruinas
La historia de Villa Servitá se une a la lista de lugares abandonados que pueblan la capital colombiana, como el famoso Cici AquaPark. Estos sitios no solo son testigos de un pasado olvidado, sino que también despiertan la curiosidad de aquellos que se aventuran a explorarlos.
El arquitecto Germán Ayarza, junto con el historiador Jorge Caballero, ha reconstruido meticulosamente la historia de este lugar, arrojando luz sobre sus oscuros pasillos y pasados turbios. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por desentrañar sus secretos, Villa Servitá sigue siendo un enigma. Un recordatorio tangible de que en los rincones más oscuros de la ciudad, el pasado nunca está realmente muerto, solo espera ser descubierto una vez más.