¿Quién se queda con la mascota en caso de separación conyugal? Un análisis jurídico en Colombia
En los últimos años, las mascotas han pasado de ser consideradas simplemente animales de compañía a convertirse en miembros fundamentales de muchas familias. Perros, gatos y otros animales domésticos ocupan un lugar especial en los hogares, al punto de que, para muchas personas, son tan importantes como un hijo. ¿Quién se queda con la mascota en caso de separación conyugal?
Sin embargo, cuando una pareja decide separarse, surge una pregunta compleja y emocionalmente cargada: ¿quién se queda con la mascota? En Colombia, este tema ha generado un creciente debate jurídico, ya que, aunque las mascotas son vistas como parte de la familia, el marco legal aún las considera bienes muebles, lo que plantea desafíos en su regulación.
El estatus jurídico de las mascotas en Colombia
En Colombia, el Código Civil clasifica a los animales como bienes muebles, es decir, como objetos que pueden ser trasladados de un lugar a otro. Esta categorización implica que, en caso de separación conyugal, las mascotas son tratadas como un patrimonio más, similar a un vehículo o un electrodoméstico. Sin embargo, esta perspectiva ha sido cuestionada en los últimos años, especialmente por el reconocimiento jurisprudencial de los animales como seres sintientes, capaces de experimentar emociones y sufrimiento.
Marilyn Valencia, coordinadora para asuntos de familia de Riveros Victoria Abogados, explica que, aunque este reconocimiento ha abierto un debate sobre el destino de las mascotas en casos de separación, aún no existe una ley específica que regule de manera detallada este asunto. “En ausencia de un acuerdo entre las partes, la tenencia del gato o perro puede resolverse con base en criterios patrimoniales, como la titularidad de la compra o adopción, quién se ha hecho cargo de su manutención y si el animal fue adquirido dentro o fuera de la sociedad conyugal”, señala Valencia.
¿Cómo se decide quién se queda con la mascota?
Cuando una pareja se separa y no logra llegar a un acuerdo sobre la tenencia de la mascota, el caso puede llevarse a los tribunales. En estos casos, los jueces suelen basar su decisión en criterios similares a los utilizados en disputas por bienes muebles. Sin embargo, también se toman en consideración factores que buscan garantizar el bienestar del animal.
Daniela Carrillo, líder del área de derecho de familia en Cafore Abogados, enfatiza que “a la hora de decidir, se tomarán en cuenta varios factores. Desde quién adquirió al gato o perro, si éste existía antes del matrimonio, quién ha sido su principal cuidador y qué opción asegura el mayor bienestar para el animal”. Esto significa que, aunque el aspecto patrimonial es relevante, el juez también puede considerar aspectos como el vínculo emocional entre la mascota y cada uno de los miembros de la pareja. Así como las condiciones de vida que cada uno puede ofrecerle.
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La importancia de los acuerdos extrajudiciales
En muchos casos, las parejas optan por resolver la disputa sobre la tenencia de la mascota a través de acuerdos extrajudiciales. Estos acuerdos pueden incluir no solo quién se quedará con el animal, sino también la posibilidad de establecer un régimen de visitas. Al igual de la posibilidad de compartir la custodia. Carrillo destaca que “si ambas personas optan por una conciliación extrajudicial, pueden decidir quién se quedará con el animal, establecer un régimen de visitas o compartir la custodia”.
Este tipo de acuerdos suele ser más beneficioso para todas las partes involucradas. Esto evita un proceso judicial largo y costoso, y permite que la pareja tome decisiones basadas en el bienestar de la mascota y no solo en aspectos legales. Además, los acuerdos extrajudiciales suelen ser más flexibles y pueden adaptarse a las necesidades específicas del animal y de las personas involucradas.
El desafío de las familias multiespecie
Uno de los mayores desafíos en este ámbito es la falta de reconocimiento legal de las llamadas “familias multiespecie”. Aquellas en las que las mascotas son consideradas miembros plenos de la familia. Marilyn Valencia señala que “el marco legal colombiano aún no contempla la realidad de las familias multiespecie. El artículo 42 de la Constitución Política define la familia como un núcleo compuesto exclusivamente por seres humanos”.
Para reconocer legalmente a las familias multiespecie y otorgarles derechos específicos, sería necesaria una reforma constitucional que amplíe el concepto de familia. “En ausencia de esta reforma, la situación jurídica de las mascotas en caso de separación se rige por las normas generales sobre bienes muebles. Esto genera incertidumbre respecto a una regulación frente a las familias multiespecies”, recalca Valencia.
Hacia una regulación más justa
El creciente reconocimiento de los animales como seres sintientes ha llevado a varios países a replantear su marco legal en relación con las mascotas. En Colombia, aunque aún no se ha dado este paso, es posible que en el futuro se avance hacia una regulación más específica que tenga en cuenta el bienestar de los animales y su papel dentro de las familias.
Mientras tanto, es fundamental que las parejas que deciden separarse y tienen una mascota busquen asesoría legal para entender sus derechos y obligaciones. Además, es importante que, en la medida de lo posible, intenten llegar a acuerdos que prioricen el bienestar del animal y eviten conflictos innecesarios.
Análisis LitiApp
La tenencia de las mascotas en casos de separación conyugal es un tema complejo que combina aspectos emocionales, jurídicos y éticos. En Colombia, aunque las mascotas son consideradas legalmente como bienes muebles, los jueces tienen en cuenta factores como el bienestar del animal y el vínculo emocional con cada uno de los miembros de la pareja. Sin embargo, la falta de una regulación específica para las familias multiespecie genera incertidumbre y dificulta la toma de decisiones en estos casos.
Los acuerdos extrajudiciales y la asesoría legal especializada son herramientas clave para garantizar que las mascotas reciban el cuidado y la atención que merecen.