Todo en este mundo está en constante evolución, de la misma forma lo está la profesión de ser abogado; el derecho visto como actividad independiente ha tenido que evolucionar en sus prácticas comunes de cómo vender sus productos a una sociedad cambiante, cambiante en todo sentido, no solo en lo social, sino en los nuevos nichos de negocios que pueden traer grandes beneficios a las firmas de abogados que a la fecha buscamos desesperadamente competir en este mundo comercializado, que en su momento lo definió Adam Smith como un modelo de capitalismo salvaje que busca como único fin obtener utilidades deshumanizando en nuestro caso la profesión del derecho.
Hay quienes se resisten al cambio, (es mi caso), y ven este marketing digital como una especie de ruptura con el profesionalismo inherente a nuestra profesión, sin embargo, en contraste con lo anterior, podemos encontrar por millares abogados de todas las edades en plataformas digitales como Instagram y Facebook, haciendo su mejor esfuerzo para captar la atención de los internautas; es así que encuentras colegas utilizando pautas como la frase de “SABIAS QUE”, “HAZME UNA PREGUNTA” y personajes de mucha reputación en el gremio grabando video clips con extensas charlas jurídicas que me llevan a mi más desanimada conclusión, “NUESTRO MATERIAL ES ABURRIDISIMO”
¿Cómo puedo atraer la atención o entretener a los internautas hablando de artículos que fueron modificados por otros artículos y de leyes técnicas que hablan de un tema poco interesante para el ciudadano colombiano? estoy seguro que no tienen la más mínima relevancia para una sociedad que se acostumbró a detenerse en publicaciones de desnudos o los chismes de la farándula criolla, pero así son las cosas, el marketing es exitoso cuando vendes, 60% de entretenimiento y 40% de información relevante; entonces teóricamente, debemos reinventarnos para ver como a través del entretenimiento logramos vender una idea que cautive al internauta para que finalmente contrate con nosotros o sea uno más de nuestros seguidores, término que al parecer en la realidad virtual actualidad, vale más que la honra y la rectitud, bajo la premisa: “tú vales por sus seguidores, no más”.
Me rehúso a pensar que para poder sacar mi despacho jurídico adelante deba ahora aprender a editar videos y saber cuál tono de base me hace ver más “atractivo ante la cámara”, sin embargo, acá estoy, escribiendo mi primera columna de opinión para una app jurídica en donde quien la dirige me aseguró que esto es lo que debemos hacer cambiar nuestra suerte, conforme a lo que esta consumiendo la sociedad; no lo sé, quizás muy pronto me vean subiendo historias, reels, video clips y demás contenido que me pongan a la vanguardia de este maravilloso trabajo; claro, espero hacerlo con la responsabilidad que el contenido sea enriquecedor y deje una marca en quien decide creer en mis capacidades y comprar mis servicios, que a todas estas, no son más que la confianza y compromiso, si! eso vendemos, confianza de que vamos a hacer algo por alguien y compromiso que lo haremos con la excelencia y la integridad que se debe.
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