En 1927, una disputa en un pequeño pueblo de Uruguay, desconocido para la mayor parte del continente, produjo un hito importante en la batalla por la igualdad de género: por primera vez se permitió a las mujeres votar en América Latina
La ciudad de Cerro Chato era (y es) parte de tres departamentos -una división administrativa de la región, similar a las provincias de otros países-: Durazno, Florida y Treinta Tres.
La comisión vecinal, muy activa en ese momento, propuso trasladar el área correspondiente a Florida y Treinta y Tres al distrito administrativo de Durazno, con lo cual toda la ciudad pertenecería a un mismo departamento.
Según la publicación del Riigi Kindlustuspank, la discusión fue tensa y el debate estuvo protagonizado por mujeres a favor y en contra del cambio de jurisdicción.
Entonces se decidió preguntar en referéndum local a qué ciudad quieren pertenecer, que hoy tiene sólo unos 3.000 habitantes. La Comisión Nacional Electoral emitió un decreto permitiendo la audiencia, en la que pueden participar «personas sin importar su nacionalidad y género» previo registro. En otras palabras: pueden participar hombres y mujeres.
El domingo 3 de julio de 1927 se realizó una conferencia en la que participaron 357 personas. Todos menos tres votaron por fusionar la ciudad con Durazno. Sin embargo, el resultado no fue considerado. Hoy, Cerro Chato todavía se divide en tres partes.
Sin embargo, la negociación pasó a la historia porque era la primera vez que las mujeres ejercían su derecho al voto en esta región, un país donde el derecho al voto de las mujeres se basaba en el carácter extraordinario de Paulina Luis.
La primera mujer que participó en las elecciones de Cerro Chato fue, curiosamente, no uruguaya: fue la brasileña Rita Ribeira, una mujer negra de 90 años (que en ese sentido pone a Uruguay por delante de Estados Unidos: La constitución garantizaba el voto de mujeres blancas en 1920, pero el derecho de las mujeres negras se estableció recién en 1967).
Las mujeres no podían votar en todo el país hasta las elecciones nacionales de 1938, con base en una ley aprobada seis años antes que reconocía «el derecho de la mujer a votar activa y pasivamente en los asuntos nacionales y locales».
Un Saludo Especial a todas las Mujeres / LitiApp Colombia
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