El valor jurídico de los emojis en el ámbito laboral: una reflexión desde la columna de opinión de Eduardo E. Taléns Visconti

Emojis

En la era de la comunicación digital, los emojis se han convertido en un lenguaje universal que utilizamos diariamente en nuestras interacciones en las redes sociales. Estas pictografías han adquirido tal relevancia que incluso se celebra el Día Internacional del Emoji el 17 de julio. La Fundación del Español Urgente (Fundéu) reconoció a los emojis como la palabra del año en 2019, destacando su impacto en nuestra vida cotidiana, sus relaciones con otros elementos comunicativos y las perspectivas futuras que su uso espontáneo nos ofrece.

El precedente inmediato de los emojis fueron los emoticonos, representaciones de expresiones faciales utilizadas en mensajes electrónicos para transmitir el estado de ánimo del remitente. Los emojis, por su parte, son una evolución de los emoticonos que se utilizan en redes sociales y servicios de mensajería digital. Estas pictografías representan una amplia gama de elementos, desde el clima y la comida hasta emociones y sentimientos. No solo reflejan el estado de ánimo, sino que pueden expresar mucho más, añadiendo matices y sustituyendo palabras.

Valor probatorio de los emojis en el ámbito laboral:

Aunque son escasas las sentencias que han abordado el valor jurídico de los emojis, es relevante destacar un caso conocido por la SAP Valladolid, donde se aceptó como prueba un emoji de un puño con un pulgar hacia arriba en el contexto de una liquidación de cuentas por un arrendamiento de maquinaria. La sentencia consideró que el emoji no podía desvincularse del contexto de las conversaciones mantenidas, y su inferencia lógica fue que se aceptaba el número de horas trabajadas. Aunque la sentencia no profundizó en la parquedad del emoji ni en su virtualidad probatoria, lo aceptó como elemento probatorio para determinar el sentido del fallo.

En el ámbito de la jurisdicción social, la STSJ Galicia también tuvo en cuenta un emoji en un caso relacionado con la solicitud de permisos. Un trabajador comunicó por Whatsapp que no podía acudir al trabajo debido a la hospitalización de su hijo, y el representante legal de la empresa respondió con un emoji de una mano con el dedo pulgar levantado, mostrando conformidad. Esta comunicación fue incluida en la relación de hechos probados de la sentencia, y se consideró como un dato relevante para demostrar que la falta de ocupación no fue imputable al trabajador.

Interpretación y contexto:

Es importante destacar que el significado de un emoji no siempre es unívoco. Aunque se puedan establecer criterios de interpretación basados en los estándares de Unicode, la persona que utiliza el emoji puede defender que lo ha utilizado en un sentido distinto. Por lo tanto, el juez deberá valorar la razonabilidad de la interpretación defendida por el emisor, teniendo en cuenta el contexto y la conversación en la que se utilizó el emoji.

Repercusiones en el ámbito laboral:

El uso de emojis en el ámbito laboral puede tener diversas implicaciones jurídicas. Podrían ser utilizados para ofender, insultar o criticar a superiores jerárquicos, compañeros o la empresa. El grado de difusión y publicidad de la ofensa puede influir en la gravedad del caso. Además, los emojis también pueden ser utilizados para solicitar permisos, excusar ausencias o notificar retrasos. En estos casos, la aceptación o denegación de la solicitud puede ser interpretada a través del emoji utilizado.

En un mundo cada vez más digitalizado, los emojis plantean nuevos desafíos para el ámbito jurídico, y su interpretación y valoración deberán adaptarse a los cambios en las formas de comunicación.

  • Artículo Basado en la Opinión del Abogado Eduardo E. Taléns Visconti / España

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