El caso que involucró la disputa entre dos abogados sobre la repartición de honorarios en una demanda contra la Nación pone en evidencia las complejidades éticas y legales que pueden surgir en el ejercicio de la abogacía, especialmente en casos de larga duración y alto perfil. Este incidente no solo resalta la importancia de la claridad en los acuerdos de honorarios, sino también la necesidad de mantener la ética profesional en la relación con los colegas y clientes. Abogado retiene los honorarios de un colega
Antecedentes del caso
El caso se remonta al 4 de abril de 2001, cuando un joven soldado de 20 años perdió la vida en la base militar de Peñas Negras, perteneciente al Grupo Mecanizado Silva Plazas del Ejército Nacional, ubicada en Boyacá. El soldado murió en circunstancias confusas mientras estaba de centinela, después de recibir golpes y un disparo por la espalda. Los familiares del soldado, convencidos de que un compañero fue responsable de la muerte, decidieron emprender una demanda contra el Ejército y el Ministerio de Defensa Nacional.
El proceso judicial, que comenzó el 20 de octubre de 2001, fue inicialmente manejado por un abogado al que la familia había otorgado poder. Sin embargo, debido a la falta de avances en el caso y la falta de comunicación por parte de este abogado, la familia decidió revocar su poder en 2011. En ese mismo año, otro abogado asumió el caso, tras recibir el poder otorgado por la familia.
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El 13 de octubre de 2011, el Juzgado Administrativo de Santa Rosa de Viterbo declaró responsable a la Nación, y la resolución que ordenaba el pago de una indemnización de aproximadamente $530 millones a los familiares del soldado fue emitida el 29 de abril de 2016.
La disputa por los honorarios
El acuerdo inicial con el primer abogado estipulaba un pago de honorarios equivalente al 20% de la suma concedida, es decir, unos $105 millones. Cuando el segundo abogado tomó el control del caso, la familia se preocupó por cómo se repartirían estos honorarios, dado que ambos abogados habían participado en diferentes etapas del proceso.
Para evitar futuros conflictos, la familia decidió solicitar la intervención judicial para determinar la repartición adecuada de los honorarios. El Juzgado, reconociendo la intervención de ambos abogados en el proceso, determinó que los honorarios se tasarían por mitades, asignando el 50% a cada abogado. Sin embargo, el problema surgió cuando el abogado que llevó el caso hasta su resolución final recibió la totalidad del pago, sin entregar la parte correspondiente a su colega que había gestionado la primera etapa del proceso.
Intervención de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial
La situación llevó a que el abogado afectado presentara una queja ante la Comisión Nacional de Disciplina Judicial. En segunda instancia, y con la ponencia de la magistrada Magda Victoria Acosta Walteros, la Comisión confirmó la decisión inicial de la Comisión Seccional de Boyacá, que sancionaba al abogado que se quedó con la totalidad de los honorarios. La sanción impuesta fue de dos meses de suspensión en el ejercicio de la profesión y una multa equivalente a cinco salarios mínimos mensuales legales vigentes.
Reflexiones sobre el caso
Este caso subraya la importancia de la transparencia y la ética en la profesión jurídica. Los abogados, como representantes de la justicia, deben actuar con integridad y respetar los acuerdos, tanto con sus clientes como con sus colegas. La falta de comunicación y la avaricia pueden llevar a consecuencias graves, tanto legales como profesionales, como lo demuestra la sanción impuesta por la Comisión Nacional de Disciplina Judicial.
Además, la intervención de los familiares de la víctima en la disputa entre los abogados resalta la vulnerabilidad de las personas ajenas al sistema legal cuando se enfrentan a situaciones complejas y prolongadas. Es crucial que los abogados mantengan a sus clientes informados y que busquen soluciones justas y equitativas en cualquier situación que involucre la repartición de honorarios.
Por otro lado, este caso también plantea preguntas sobre cómo se gestionan los casos que pasan de un abogado a otro y sobre la necesidad de acuerdos claros y detallados cuando se produce un cambio de representación legal. La falta de un acuerdo explícito sobre la repartición de honorarios en situaciones como esta puede generar conflictos que, como se ha visto, terminan requiriendo la intervención de entidades disciplinarias.
El Extracto LitiApp
El conflicto entre los dos abogados en este caso es un recordatorio de la importancia de la ética profesional y la necesidad de mantener relaciones claras y justas entre colegas. La intervención de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, con su decisión de sancionar al abogado que no respetó la repartición de honorarios, refuerza la importancia de actuar con integridad en todas las fases del ejercicio de la abogacía. Este caso debería servir de lección para otros profesionales del derecho sobre la necesidad de actuar con ética y responsabilidad en todos los aspectos de su práctica profesional.
Abogado retiene los honorarios de un colega
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