Productos La Victoria, una empresa familiar santandereana fundada por Héctor Ruiz hace más de medio siglo, ha pasado de ser una pequeña operación en el patio de una casa a convertirse en un gigante regional en la industria de los snacks. Comenzaron vendiendo productos básicos como papas fritas, platanitos y maní, distribuyéndolos en tiendas y teatros locales mediante un esfuerzo puerta a puerta. Sin embargo, fue el chicharrón carnudo el que realmente los catapultó hacia el éxito, convirtiéndose en el producto emblemático de la empresa. La Victoria: De Santander a Medio Oriente
Hoy en día, bajo la dirección de Julio César Ruiz, hijo del fundador, La Victoria ha logrado una impresionante facturación anual de más de $152.000 millones y ha consolidado su presencia en el 70% del territorio colombiano. Además, la empresa exporta sus productos a 12 países, emplea a 600 personas y cuenta con una cartera de más de 80.000 clientes que incluyen tiendas de barrio, supermercados de cadena y tiendas de descuento.
Resiliencia Ante las Crisis
La Victoria no es solo un ejemplo de crecimiento empresarial, sino también de resiliencia y adaptabilidad frente a las adversidades. La empresa ha logrado sobrevivir y prosperar a pesar de múltiples crisis económicas y desafíos significativos, incluyendo la pandemia del Covid-19 y el cierre económico de Venezuela, que en su momento representaba el 40% de sus ventas totales. Este cierre forzó a la empresa a realizar una reingeniería de mercados, diversificando su clientela y expandiéndose a nuevas regiones tanto a nivel nacional como internacional.
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Equipo LitiApp
El gerente general de La Victoria, Julio César Ruiz, destaca que la mayor crisis que enfrentaron fue precisamente el cierre de Venezuela. «Entre 2006 y 2008, Venezuela inició un cierre escalonado que nos impedía seguir exportando productos a ese país. Nuestra operación en ese territorio era tan grande que nos estábamos preparando para abrir una planta propia allí. El golpe fue muy fuerte para la compañía», recuerda Ruiz.
Este desafío obligó a La Victoria a buscar nuevas oportunidades de mercado, expandiéndose a departamentos como Cundinamarca, Boyacá y Antioquia, y concentrando sus exportaciones en Panamá, Ecuador y Perú. Esta diversificación no solo permitió a la empresa sobrevivir, sino también fortalecer sus áreas de comercio exterior e innovación, que se han convertido en pilares fundamentales de su operación actual.
Innovación y Expansión Internacional
Con una visión clara hacia la innovación y la expansión internacional, La Victoria está en proceso de inaugurar una nueva planta de producción en Piedecuesta, Santander. Este ambicioso proyecto, con una inversión total de $20 millones de dólares, incluye la compra de un lote de 40.000 metros cuadrados y la construcción de una planta de 18.000 metros cuadrados. La nueva planta permitirá a la empresa duplicar su capacidad de producción anual de 20.000 a 42.000 toneladas de alimentos.
Este proyecto no solo incrementará la capacidad productiva de la empresa, sino que también implementará tecnologías avanzadas y prácticas sostenibles, como la instalación de paneles solares y un sistema de recolección y reutilización de aguas lluvia. Además, la planta cumplirá con las normas europeas de calidad, lo que abrirá nuevas oportunidades de exportación a mercados exigentes como Francia, España e Italia.
Actualmente, La Victoria está en negociaciones con estos países europeos, aunque aún deben cumplir al 100% con la normativa requerida para iniciar los envíos. Mientras tanto, la empresa se enfoca en su expansión hacia Medio Oriente, con planes de ingresar a mercados como Malasia y Emiratos Árabes Unidos este año. Las exportaciones representan actualmente el 4% de las ventas totales de la empresa, y se espera que esta cifra aumente al 6% en el corto plazo, gracias a la incursión en estos nuevos mercados internacionales.
Perspectivas de Crecimiento
En 2023, la facturación de La Victoria alcanzó los $152.000 millones de pesos, lo que representa un crecimiento del 20% en comparación con el año anterior. Para 2024, la empresa proyecta alcanzar una facturación de $180.000 millones, impulsada por el aumento de su capacidad instalada y la incursión en nuevos mercados internacionales. Este crecimiento sostenido refleja la capacidad de la empresa para adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado y aprovechar nuevas oportunidades.
Desafíos Futuros y Estrategias
Mirando hacia el futuro, La Victoria se enfrenta a nuevos desafíos derivados de las transformaciones en la industria de alimentos. La creciente demanda de los consumidores por productos más saludables y la implementación de impuestos sobre alimentos poco saludables obligan a la empresa a adaptarse rápidamente. En respuesta a estas tendencias, La Victoria está desarrollando un nuevo catálogo de productos que incluye más opciones horneadas y saludables, con ingredientes como quinoa, chía y sal del Himalaya.
Además, la empresa está explorando el uso de aceites de aguacate y coco, así como técnicas de cocción más saludables, como el uso de aire caliente en lugar de frituras tradicionales. Estos esfuerzos reflejan el compromiso de La Victoria con la innovación y la adaptación a las preferencias cambiantes de los consumidores, asegurando así su competitividad en el mercado.
El Extracto LitiApp
La Victoria no solo es un ejemplo de éxito empresarial y resiliencia familiar, sino también un modelo de cómo la innovación y la visión estratégica pueden abrir nuevos horizontes incluso en tiempos de crisis. Con una trayectoria marcada por la constante adaptación y una firme apuesta por la calidad, esta empresa santandereana se prepara para dejar su huella en mercados internacionales cada vez más exigentes y competitivos. Su capacidad para enfrentar y superar desafíos, junto con su compromiso con la innovación y la sostenibilidad, aseguran que La Victoria continuará siendo un referente en la industria de los snacks tanto a nivel nacional como internacional.
La Victoria: De Santander a Medio Oriente
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