La salud mental de los colombianos está en la UCI, en estado crítico y con metástasis, porque al parecer resulto ser cierto lo que ha venido sucediendo por décadas y es que los colombianos no tienen memoria, sino cuando les conviene, muchos de ellos pasaron por las sendas de la educación primaria y secundaria, se les olvidó lo que enseñaban en la catedra de paz y democracia hasta el día que se le permitió enseñar sobre el orden superior, del contenido que compone y regula la carta constitucional desde su transformación en 1991, por el respeto de la misma y respeto de los derechos humanos de las personas, por el acatamiento de la ley y por el cumplimiento de las funciones y organización del estado con autonomía administrativa, patrimonial y técnica.
¡PREOCUPANTE! Son las ultimas noticias, sobre tres (3) situaciones de violencia intrafamiliar y feminicidios ocurridos el pasado domingo 14 de mayo de 2023 en que se celebraba el DIA DE LAS MADRES en el territorio colombiano, hechos que no pudieron evitarse por la notoria ausencia de la efectividad de los mecanismos provisionales de protección, del compromiso social, funcional y legal por parte de las entidades y autoridades administrativas y judiciales en favor de sus conciudadanos, en especial por las mujeres de Colombia, cuando es cuestión de vida o muerte.
Y recordando una publicación de hace un poco más de una década, hecha por el honorable santandereano y reconocido abogado Oscar Humberto Gómez Gómez, en la que se menciona “Se volvió costumbre de un tiempo para acá hablar de “un saludo a la bandera” para denotar algo carente de la más mínima importancia, acaso algo sin valor práctico de ninguna naturaleza, algo inane.
Se dice, en efecto, hoy en día con inocultable desprecio: “Eso no es más que un saludo a la bandera””, que, para los hechos en cita, las autoridades administrativas y judiciales colombianas se mofan de sus acciones contundentes contra los presuntos responsables de estos feminicidios, por el respeto de la vida de las mujeres en Colombia, en virtud de tanta violencia intrafamiliar contra la mujer por parte de sus parejas o exparejas, que para lo recientemente acaecido, brilla por su ausencia tanta maravilla y efectividad de las instituciones del Estado para llevar a feliz término el cumplimiento estricto de las normas que protegen toda forma de violencia, racismo o tortura contra la mujer colombiana, hechos que se simbolizan con el COLOR PURPURA en la continua lucha contra todo acto de violencia y el respeto a la vida y derechos de la mujer reclamados por la población femenina del ámbito nacional e internacional, reiterando que desde el año 2012 de ocurrencia de los hechos de violencia que causaron la muerte a Rosa Elvira Cely y en su memoria, se viene procurando la implementación de nuevas normas que permitan la protección inmediata de todo acto de violencia contra la mujer y de la judicialización de los presuntos responsables, pero desde el caso Noguera también se siguieron presentando hechos aterradores de violencia y feminicidios, así como desde principios de este año 2023 con la muerte de la DJ en manos de su novio extranjero, no se había visto tanto protagonismo con estos últimos hechos, como los ocurridos en la cárcel de Palogordo (Santander), en la cárcel de combita (Boyacá), y el ocurrido en el centro comercial UNICENTRO de la ciudad de Bogotá, donde el presunto responsable se disparó y falleció después de haberle quitado la vida a su expareja, por hechos que aún son motivo de investigación de las autoridades competentes.
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De nada sirve improvisar una paz total para procurar menos hechos de violencia contra la mujer en Colombia, cuando desde las mismas instituciones estatales representadas por sus dignatarios y servidores públicos, no se cumplen los fines del Estado, ya sea por ignorancia del contenido de la carta magna y de la ley o por falta de asesores expertos, de recursos humanos o económicos, y no se priorizan las acciones inmediatas para contrarrestar y evitar la ocurrencia de un peligro inminente denunciado por las victimas a través de actos violentos contra la mujer por parte de sus parejas o exparejas, que no logran superar la decisión de la separación de hecho o de derecho de la que fungió como esposa o compañera, y terminan de manera desquiciada destruyendo la salud mental propia, causando miedo y la muerte a sus víctimas.
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